Como bien sabemos ha sido un año extraño, en el que el aislamiento ha sido la tónica general. El aislamiento, algo para lo que el ser humano no está ni estará preparado, pero que por nuestro bien y, sobre todo, buscando el bien de aquellos que amamos, nos hemos tenido que acostumbrar.

La gran familia de la Obra Social como tantas familias no ha podido juntarse para celebrar ni para compartir ningún evento o festividad, pero ante la llegada de la Navidad, había necesidad de sabernos unidos en un objetivo; trabajar con ahínco e ilusión por los que peor lo están pasando.

Pues bien, cumpliendo rigurosamente con todo el protocolo de seguridad sanitaria que ha hecho que en esta Casa hasta el día de hoy no hayamos tenido ningún contagio, con el arduo trabajo de organización y la colaboración todos los que allí estuvimos, hemos podido fortalecer los lazos que nos une como entidad. El Hno. Jesús nos animó a no desfallecer en la ardua tarea que tenemos por delante, animó a que cada servicio se sienta uno con el resto en torno al objetivo de esta Casa: paliar el sufrimiento de aquellos que peor lo pasan.

Gracias a todos los que han hecho posible el que también este año, unidos ante el Niño Jesús tomar conciencia de Familia.